miércoles, 3 de enero de 2018

El rompecabezas de la vida

Como regalo de inicio de año comparto la extraordinaria reflexión de la Profa Carmen Teresa Loaiza, Coach internacional:

El rompecabezas de la vida. 

Conversando ayer con una buena amiga, me decía que necesitaba repensarse en su plan de vida para el 2018 y no lo había hecho por estar inmersa en los aconteceres de nuestro país. Hablamos de una forma de transitar el nuevo año, de lo fundamental de enlazar manos, de tener flexibilidad, apertura, coraje y disposición para comprender y afrontar los cambios. De lo importante de asumir la incertidumbre, tener perseverancia y alimentar la dosis necesaria de equilibrio, talante y pies firmes para accionar junto al optimismo. Y aunque las recetas no existen pues cada ser humano es único e irrepetible, siempre ayuda tener una guía para armar el rompecabezas y rediseñarnos.    
Revisar 4 dimensiones puede resultar un buen paso. Estas son la mente, la salud, la emocionalidad y la espiritualidad.  Para ello y comenzando con la mente, resulta interesante validar cuáles metas, desde las posibilidades intelectuales que poseemos, deseamos retomar o emprender. Metas personales, familiares, laborales, académicas, proyectos anhelados, decisiones pendientes, idear soluciones y plantearse nuevos retos y desafíos para el desarrollo individual y colectivo. Mantener viva nuestra condición mental es una de las oportunidades maravillosas y será necesario mantenerla firme y atinada. 
Seguidamente revisar la  dimensión salud. Preguntarnos por ejemplo, qué acciones deseamos iniciar para recuperar o mantener el cuerpo sagrado que nos sostiene, formularnos nuevos hábitos alimenticios, organizar fechas para rutinas y chequeos médicos, o emprender hábitos de ejercitación física, entre otros aspectos. Tener salud será fundamental.
Evaluar, desde una tercera dimensión, nuestra condición emocional. Iniciar acciones para fortalecer nuestro inventario emocional, mantener el contacto amoroso con seres queridos por ejemplo, sostener conversaciones y encuentros nutritivos para afianzar vínculos con amigos, acudir al apoyo profesional, si fuese necesario, para descubrir recursos emocionales que por nosotros mismos no contactamos, iniciar algún pasatiempo que nos brinde paz y satisfacción, fueron algunas ideas que compartimos en el ejercicio. Estar emocionalmente sano será un importante aliado este año. Revisar la dimensión espiritual. Retomar o mantener vivas las creencias y fe en algo superior, puede movilizar nuestra vida hacia experiencias inimaginables, ejercer valores humanos trascendentes y dejarnos sorprender por nuestro creador al regocijarnos con la oración. Quizás ese encuentro con Dios en el 2018 sea lo mejor que nos pueda suceder.   
En esta revisión ayuda mucho escribir los hallazgos y compromisos. Es importante considerar los recursos que poseemos y necesitamos, asignar fechas de cumplimiento para estimular el logro (teniendo presente los márgenes de flexibilidad), accionar en equipo (la familia es poderosa para ello) y ser objetivo para reconocer nuestras carencias, aquello que signifique nuestro desafío y apalancarlo con el músculo de la perseverancia. Todas las dimensiones son importantes.   
Yo encontré en el ejercicio muchísimo por enmendar, revisar y emprender... en el rompecabezas de la vida, año tras año las piezas se van acomodando, pero no es de extrañar que al final de cada período, cuando creemos que el rompecabezas está casi listo,  queden aún algunas olvidadas, extraviadas o sin lugar. El acto de revisar, indagar y buscar para continuar armándolo otorgan sentido a nuestra existencia… y son esas piezas perdidas que me faltan y quiero encontrar, por las cuales hoy, en especial, agradezco.

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