viernes, 16 de marzo de 2012

30% de los profesores activos de LUZ gana poco más de sueldo mínimo

16-03-2012 a las 17:13:03
Solo 17% de la nómina profesoral tiene el salario más alto: Bs. 7232. La carrera docente ya no es atractiva

Johandry A. Hernández
 
Desde hace tiempo, la carrera de profesor universitario dejó de ser una opción laboral para los jóvenes del país. El déficit de docentes que sufre la institución radica en los sueldos poco atractivos frente a las exigencias académicas cada vez más rigurosas. 

La carrera docente, según la Ley de Universidades, se segmenta entre la dedicación y categoría. La dedicación se refiere al número de horas para la carga docente y de investigación, y se segmenta en tiempo convencional (la más baja, entre 5 y 10 horas semanales de clase), medio tiempo, tiempo completo y dedicación exclusiva. La categoría se divide, de menor a mayor, en instructor, asistente, agregado, asociado y titular. A menor dedicación y categoría, menos salario se percibe.

Al contrastar, la tabla salarial aprobada por el Ministerio de Educación Universitaria en 2011 con el número de profesores activos de LUZ, surge que 30% de los profesores se ubica en la dedicación tiempo convencional y medio tiempo y en la categoría instructor y agregado. Esto implica que ese grupo de profesores gana entre Bs. 1340 y Bs. 1788. 

La presidenta de Apuz, Karelis Fernández, denuncia que esa cifra representa casi un sueldo mínimo, insuficiente para cubrir la inflación y el encarecimiento de la vida en el país. Dice que por ello los docentes se limitan solo a dictar clase y no investigan, pues se ven obligados a buscar otros empleos. “La mayoría de los docentes con un ritmo de vida tan agitado, con dos y tres empleos, se agotan, se enferman, solo por lograr una mediana calidad de vida”, denuncia.
 
El sueldo más alto en la carrera docente corresponde a un profesor cuya dedicación es exclusiva y una categoría de titular. Para lograr esta posición, se requieren mínimamente 15 años de docencia, tener título de doctor y solvencia en investigación. Su salario es de Bs. 7232. Pero solo 17% de los docentes en LUZ tienen esa condición, una minoría.

Otro grupo, que representa 30% de la nómina docente, se ubica en la dedicación tiempo completo y categoría agregado o asociado. El salario de este grupo oscila entre los Bs. 2677 y los Bs. 4161.

“Es un mito que los profesores universitarios ganamos bien. Por el contrario, tenemos las más altas exigencias que no tienen correspondencia con unos salarios tan pobres”, denuncia Fernández.

Dedicaciones fragmentadas

Para hacer frente al déficit de profesores, los concursos docentes que se ofertan tienen una dedicación baja, generalmente tiempo convencional o medio tiempo. Por lo tanto, el atractivo salarial es mínimo, con altas exigencias: atender clases, cumplir con labores de investigación y extensión. 

Según explica la investigadora del Centro de Estudios de la Empresa (CEE) e integrante de la Apuz, Elvira Annicchiarico, desde hace años, LUZ no ofrece concursos con mayor dedicación porque la disponibilidad presupuestaria de un concurso a tiempo completo o dedicación exclusiva, por ejemplo, se fragmenta para poder dar ingreso a dos o tres profesores con dedicación convencional o medio tiempo, en vez de uno con una dedicación más alta.

“Cuando esos docentes aspiren a una mejora salarial, deben solicitar un cambio de dedicación y presentar un trabajo de ascenso para mejorar su categoría, pero pueden pasar años para que se le apruebe la disponibilidad financiera o resignarse a que nunca llegue. Es un verdadero calvario”, explica  Annicchiarico.

Grieta educativa

La vicerrectora académica, Judith Aular, denunció hace dos años que la generación de nuevos talentos se aleja de la carrera docente porque los sueldos no son atractivos y las exigencias muy altas. Aular admitía en un artículo de opinión que LUZ enfrenta un severo déficit de profesores.

“Es una debilidad que afecta al modelo educativo porque al decrecer el recurso académico, se agrieta el piso de todo el sistema”, advertía. Dijo que al revisar el ejemplo de países exitosos en desarrollo humano como Finlandia, las principales inversiones del Estado están destinadas a la formación del profesorado y a financiar los medios que ayuden a desarrollar plenamente la función pedagógica.

Aular señala que como país no se puede aspirar a cambiar la realidad social si se descuida la formación técnica y humana de los profesores universitarios, en especial su reconocimiento y estímulo salarial

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