miércoles, 12 de enero de 2011

Carta Abierta a las Autoridades, Decanos y Universitarios de bien

Estimados amigos todos:

Los universitarios queremos un presupuesto justo de parte del Gobierno Nacional, más aún, una actualización de nuestros salarios en correspondencia con las altas responsabilidades que tenemos y la situación grave de una economía inflacionaria y especulativa; pero también queremos participar en lo interno en los debates y consultas acerca de cómo se distribuye lo asignado por el Gobierno Nacional para el funcionamiento en el año 2011. Nada de secretismos ni de conciliábulos cerrados como es lo usual.

Yo particularmente, como Consejero Universitario en representación de los profesores, siempre me costará aprobar un presupuesto que ponga en peligro el salario y otros beneficios laborales ya conquistados. Y lo que es más, no aprobaré un presupuesto que le destina a la vigilancia interna: 12.397.115 Bsf., mientras que al CONDES, apenas: 5.200 Bsf.

¿Cómo entender que en una institución educativa, cultural, científica y dedicada a las labores de la docencia y la investigación la inversión en vigilancia casi triplica a lo que se destina a la investigación? Que de paso, los robos, el hurto, las mafias, el cobro de vacuna, el asalto a los salones, el robo de vehículos, en suma, la inseguridad, campea como si nada dentro de los predios de la Ciudad Universitaria. Entonces, ¿se perdieron esos reales? En cambio, nuestra razón de ser, vinculado a lo académico apenas cuenta con un famélico presupuesto que nos convierte en casi una universidad africana. Ya casi nadie puede salir a eventos nacionales e internacionales a medirse con sus pares; la actualización bibliográfica a través de nuestras bibliotecas no existe; la infraestructura donde se imparten las clases en buena parte de las facultades se está derrumbando; la producción de libros universitarios es casi inexistente; la investigación, siempre costosa, prácticamente funciona a cámara lenta y muchas de las solicitudes de financiamiento son rechazadas por insuficiencia de recursos. El programa de Becas casi paralizado, por no decir, en vías de extinción. Y podría agregar muchas más debilidades que bien podrían atenderse de una mejor forma si la inversión en las aéreas académicas fueran más justas y proporcionadas.

Este planteamiento que hacemos, no es de ahora, desde hace dos años atrás lo hemos estado haciendo en el seno de las reuniones del Consejo Universitario. Hemos dicho que la lógica del presupuesto universitario es administrativo, burocrático y clientelar; lo académico es casi irrelevante. Y esto, señores, es un total contrasentido, es puro teatro del absurdo al estilo Ionesco o las pesadillas del gran Kafka.

Yo espero que las actuales autoridades y decanos sean consecuentes con la actual política de austeridad y ahorro universitario que en un Consejo Universitario Ampliado fue discutido y aprobado; también que prive la sensatez y la coherencia al momento de aprobar un presupuesto hecho a espalda de lo académico.

O existe una rectificación sincera a viejas prácticas seculares dentro de la institución o estamos condenados a perecer o a ser intervenidos producto de nuestras propias desviaciones y contradicciones.

Muy atentamente:

Dr. Angel Rafael Lombardi Boscán
Representante de los Profesores ante el Consejo Universitario